LEJOS DE TI
Un ahora que desnuda mi imagen
Pesando en el tiempo
Cuerpos que se juntan
Demorando el secreto perdido
En la sonoridad del éxtasis
Encuentro a lo lejos de ti
Mi sombra fiel
Despides el acto en el misterio oculto
Minimizando la estancia
Seres que funden el sabor
Desvisten el amor confuso y perdido
En la sombra
Jessica Ustate, Estudiante Universidad de la Guajira
BAJA IMAGINACIÓN
Todo es confuso
Soy semáforo de la noche
Hábil ladrón que aprovecha
La baja y sutil imaginación
Y me adueño de las horas
Que ya se han ido
Todo es confuso
Soy luz perdida
Dueño de esta destrucción humilde
Diana Rojas, Estudiante Universidad Nacional Abierta y a Distancia, UNAD
GUAJIROS
ResponderEliminarPor coronel Héctor José Corredor Cuervo
Cerca de la mar en soledad eterna
bajo el domo azul de singular pureza,
habitan los guajiros con alma enferma
en medio del abandono y la tristeza.
Son indios puros de raza y colombianos
que defienden a su tierra con valor,
que impiden la deshonra de los hermanos
y que prefieren la muerte con honor.
Son guerreros como Prudencio Padilla
que liberó a la Patria de odio y terror,
destruyendo en Maracaibo la flotilla
del sanguinario, del tirano y opresor.
Son orgullosos de la sangre de su raza
que cual torrentes les llega al corazón,
la que los impulsa a defender con casta
sus rancherías, su pueblo y su región.
Son compañeros y siempre inseparables
el burro, la cabra, el arma y el chinchorro
los que llevan por las trochas naturales
para buscar agua como el gran tesoro.
Son las arenas que se las lleva el viento
el testigo del dolor, de la agonía,
del sufrimiento y del continuo lamento
que la hambruna deja allá en su ranchería.
Son los guajiros serenos y valientes
los que sufren el dolor de su tragedia,
ante miradas de muchos dirigentes
que no ven su situación ni su miseria.
Duermen las siestas en un colgante lecho
en ramadas de muy poca protección,
mientras su fiel compañera está al acecho
del enemigo que ataca con pasión.
Jamás temen a las balas asesinas
de los cobardes que emboscan el camino
ni al accionar de las tenebrosas minas
que son sembradas para cambiar destino.
¡Oh, indio de mi tierra y latinoamericano
que vive como basura en la orfandad!
Quiera Dios que se enternezca el ser humano
para que tribus no vivan más de caridad.
¡Vamos, guajiros! ¡Qué orgullo que vivan en mi Patria!
ResponderEliminarA LA GUAJIRA
Por Coronel Héctor José Corredor Cuervo
Como la quilla que intrépida se mete
rompiendo olas en el imponente mar,
es La Guajira desértica y agreste
que se incrusta en alma e invita a soñar.
Su gran desierto enigmático y de embrujo
con lindas tardes cubiertas de arrebol,
incita a humanos a vestir sin tapujo
y a vivir en paz bajo rayos del sol.
Sus playas son jardín del caracol sonoro
que origina el eco de dianas marinas
y su entraña guarda el grandioso tesoro
bordado con carbón en blancas salinas.
Sus paisajes están llenos de riqueza
y adornados con los flamencos rosados,
que en las bandadas despliegan su belleza
y convidan a olvidar tiempos pasados.
Allí en esa tierra habita un pueblo fuerte
cargado de orgullo y de total franqueza,
que con valentía se enfrenta a la muerte
en medio del abandono y la tristeza.
Allí se oyen notas de música antigua,
en las danzas que a los muertos resucitan,
sobre las leyendas de urdimbres ambiguas
de grandes raptos que a la venganza incitan.
¡Oh, Guajira hermosa de aguas cristalinas,
de cielos claros que van al infinito,
de mujeres bellas cual legión de ondinas!
Yo quisiera de esa tierra un pedacito.